Krug

La Maison Krug fue fundada en 1843 en Reims por Joseph Krug, un visionario no conformista que comprendió que la verdadera esencia del champagne es el placer en sí mismo. Su sueño consistía en ofrecer lo mejor de cada añada, independientemente del impacto climático del año. Así, su premisa nace de prestar la máxima atención al carácter del viñedo, respetando la individualidad de cada parcela y su vino, así como el construir una extensa biblioteca de vinos de reserva de años diferentes. Krug decide ir más allá de la noción de añada, respecto a la elaboración del champagne, para seguir creando la expresión más generosa de champagne jamás existente año tras año.

Maison Krug hace que todos sus champagnes contengan el mismo nivel de distinción, cada uno de ellos ilustrando una expresión particular de la naturaleza. Por esto y mucho más, Krug es considerada la única Maison de Champagne que elabora solo cuvées de Prestige todos los años desde su fundación y nacimiento. Esto es gracias en parte a Erice Lebel, maestro bodeguero desde 1998 de la Maison, que cada año, enfrente el reto de encontrar la fórmula idónea del Grande Cuvée, referencia de la marca.

Los viñedos de Krug se estructuran en pequeñas parcelas, que se tratan de forma individual hasta su elaboración final. Para hacer el Grande Cuvée se mezclan parte de la última añada con vinos de reserva que son almacenados en la casa. La marca nunca ha tenido grandes propiedades; actualmente solo posee unas 20 hectáreas de viñedos en Ay, Ambonnay, Mesnil y Trépail que representan entre el 25% y el 30% de su producción. Sin embargo, se creó un sistema de viticultores que, bajo sus premisas de producción, suministraban la calidad requerida y firmando con ellos un contrato de exclusividad. De esta manera, los viticultores de estas zonas, suministran con honor los diferentes y exclusivos tipos de cepas, con los que a posteriori, será elaborado este champagne de calidad única.