El amargo de Santa María se prepara desde hace siglos según la antigua fórmula original del Convento de Santa María al Monte. Las dosis y características de los más de treinta ingredientes se respetan con absoluto rigor mediante un minucioso control de las hierbas y un periodo de condimento y elaboración de casi un año y medio. La infusión en frío de hierbas molidas, rizomas, flores, raíces, cortezas, semillas, resinas y hojas dura aproximadamente dos meses y garantiza la extracción de las partes nobles de las plantas ricas en propiedades curativas. A la preparación obtenida, después de ocho meses de maduración, se le añade alcohol y azúcar y sólo después de otros seis meses de maduración se obtiene un amargor con un 40% de alcohol, de sabor pleno y redondo, famoso por la perfecta armonía de aromas y grandes propiedades digestivas.