Esta cerveza artesana se trata de una evolución de una mexicana lager, caracterizada por un fresco sabor tostado a frutos secos y un sorprendente toque final del destilado de Agave. A la nariz resulta un tanto ácida y poco aromática. Sin embargo, al paladar, produce un refrescante sabor a frutos secos tostados, con un ligero toque amargo y un final herbal suavemente dulzón.

De nacionalidad mexicana, con 6 grados de volumen de alcohol y de un color dorado oscuro un tanto característico, resulta muy difícil de conseguir en nuestro país. Posee, además, uno de los diseños de botella más originales jamás vistos, con una Katrina preciosa pintada a mano.