Cervezas

“La que nunca falla”

La cerveza es una bebida alcohólica, no destilada y de sabor amargo. Se fabrica con granos de cebada germinados o con otros cereales cuyo almidón se fermenta en agua con levadura.

Normalmente se aromatiza además con lúpulo, entre otras plantas. No mentimos al decir que se trata de la bebida alcohólica más consumida en el mundo, solo por detrás del agua, el té y el café.

Es famosa, además, por su amplia gama de matices, debido a las diversas formas de elaboración e ingredientes que existe. Generalmente presenta un color ambarino con tonos que varían del amarillo oro al negro, pasando por los marones rojizos.

Es una bebida considerada gaseosa y como ya sabemos, siempre coronada de una poblada espuma. Normalmente posee una graduación alcohólica de entre 4 y 6 por ciento de alcohol, pero puede alcanzar, sorprendentemente, hasta los 20 grados.

Históricamente fue desarrollada por los antiguos pueblos elamitas, egipcios y sumerios alrededor de IV milenio a.C. Y, en Europa, los restos más antiguos de producción de cerveza, fueron descubiertos en el término municipal de Begas, en Barcelona.

El fine perlage, que antes mencionábamos, hace que la cerveza resulte incluso más agradable al paladar y recalca su sabor y exquisitez. Por ende, hay que prestar mucha atención y cuidar el proceso realizado durante el premezclado o premix.

Esta parte de la transformación de la bebida y creación de la cerveza es muy importante debido a que, durante este, se elimina el oxígeno y los demás gases contendidos en el agua por su naturaleza.

Gracias a este procedimiento se aumentan los tiempos de almacenamiento de la cerveza, pues la ausencia de oxígeno impide que las bacterias aerobias deterioren el producto.

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